El Movimiento de las Margaritas 

Nació en Quebec, con la finalidad de sostener a los sacerdotes en su ministerio y vida espiritual. Este movimiento espiritual quiere, por la oración, marcar un lazo muy estrecho entre laicos y curas, todos unidos en el sacerdocio de Cristo.

La Margarita

Ha sido escogida para ilustrar este compromiso. Esta flor simboliza la generosidad, la simplicidad y la unidad. Sus siete pétalos representan los días de la semana. Siete personas se comprometen a orar y a ofrecer la jornada que han escogido, de la manera que mejor les convenga para el cura que han adoptado, tanto tiempo como el que Dios ha designado para su estancia en la Tierra.

La Margarita representa la Iglesia terrestre, unida a la Iglesia celeste. Por el tallo, la savia nutre el corazón, los pétalos y las hojas. Asimismo la pequeña margarita que la acompaña. De este modo, por la oración, eslabón que no se rompe jamás, el corazón humano se une al corazón de Dios en la ofrenda de la jornada. La gracia es vehiculada hacia el corazón de esta flor que es el sacerdote, asociado a la obra de Jesús. Alimenta también los seis primeros pétalos que representan los laicos, hombres y mujeres comprometidos en la fe, así como el séptimo representa la vida religiosa tan importante en el seno de la Iglesia. También reúne las hojas. Finalmente, la pequeña margarita nos recuerda que todos estamos unidos a Dios en la oración, y que juntos, en el nombre de la Iglesia, portaremos nuestras oraciones que son representantes de Jesús.

El Movimiento de las Margaritas visa que todos los sacerdotes se adapten de por vida a los laicos, a los religiosos, a las religiosas y a los diáconos para responder a la invitación de Pablo: "Oren por mí, para que pueda predicar con fuerza la Palabra", y al llamado del Maestro: "Pidan al maestro de la cosecha el envío de obreros a su cosecha" (Mateo 9. 19).

Las personas son la "levadura en la masa" por sus oraciones y su ofrenda cotidiana por el apoyo espiritual del sacerdote que han escogido y por aquellos que se preparan al sacerdocio y a la vida religiosa. La margarita ofrece a los sacerdotes a los cuales se presenta un regalo de una gran riqueza, una familia espiritual. Una invitación a orar en conjunto por el apoyo espiritual de nuestros sacerdotes.

Es importante que los miembros de esta pequeña familia "Movimiento de las Margaritas" puedan reunirse para orar juntos al menos una vez al año.

El Sagrado Corazón de Jesús y el Sacerdocio.

"Es al sacerdote a quien Jesús ha confiado el cuidado de difundir y alimentar el fuego divino de la caridad. Para hacerlo capaz de su misión sublime le ha abierto, más que a ningún otro, los tesoros de su amor indefectible. Lo ha unido a Sí íntimamente, haciéndolo partícipe de su Eterno Sacerdocio: En efecto, el sacerdote es, con Jesús, sacerdote, pontífice, mediador, abogado, intercesor, y es también con Él ofrenda, expiación y víctima."